La Sociedad Dominicana “ Una Visión Hacia El Futuro”

La Sociedad Dominicana “ Una Visión Hacia El Futuro” 
Por Félix J. De Paula Heredia 
Un fenómeno sé está desarrollando silenciosamente en la sociedad dominicana, y es el poco interés que presenta la juventud dominicana por los estudios universitarios; específicamente la población masculina. Esto se está convirtiendo en una idiosincrasia que a la larga perjudicará el desarrollo del país y arrastrará consecuencias funestas a las generaciones futuras. Hoy en día los hombres en las edades apta para insertarse en el campo académico, y en la modalidad técnico profesional, están inmersos única y exclusivamente en hacer dinero por la vía fácil; sin importar de que manera los obtengan. Dejando los estudios, buscan una manera más cómoda de vivir la vida, y para esto, prefieren dedicarse a: raperos, dembowsseros, peloteros o simplemente, por la comercialización y distribución de sustancias prohibidas.

Sin embargo, hay un alto porcentaje del género femenino dedicado a los estudios. Cada semestre son más las mujeres que ingresan a las distintas universidades del país. Según la Oficina Nacional de Estadística; en un estudio realizado en el año 2019, la matrícula universitaria en el país rondaba aproximadamente los 600,000 estudiantes; de los cuales, el 62.8% correspondía a las mujeres, y tan sólo un pírrico 37.2% pertenecía a los hombres. Pero este fenómeno no solo se da en el ámbito académico, de igual forma sucede en el nivel técnico profesional; en INFOTEP el 55% de la matrícula estudiantil correspondía al género femenino; mientras que un 45% pertenecía al género opuesto. Esto evidencia de manera inequívoca, la falta de deseo de superación, que tienen los jóvenes dominicanos del género masculino.

Aunque a simple vista se vea como un desarrollo en el ámbito de la emancipación de la mujer, lo que es, de por cierto un avance significativo, no deja de ser un problema a largo plazo para la sociedad dominicana; esto porqué, si estamos apostando por una sociedad con derechos de igualdad entre sus ciudadanos, debemos corregir esto, antes de que se convierta en un problema mayor.

Este fenómeno que se vislumbra desacertadamente en nuestra sociedad traerá consigo grandes desafueros. Si tiempos atrás era la mujer quien sufría las injusticias, y los maltratos por parte de la sociedad; mañana serán los hombres quiénes estarán exigiendo igualdad de derechos. Debido al poco interés que demuestran los hombres de éste país por estudiar y superarse, provocará que las mujeres sean las que en un tiempo adrede; ocupen todas las plazas productivas e institucionales de la sociedad dominicana. No es que haya motivo algunos, que impidan el crecimiento académico, productivo e intelectual de la mujer, ni mucho menos su desarrollo social y cultural; por el contrario la mujer tiene los mismos derechos: tanto político, jurídico y civiles, que los hombres. Sin embargo, de ninguna manera debemos aspirar, a pasar nuevamente al matriarcado ni mucho menos a continuar en el patriarcado retrógrado, que durante siglos ha proscrito en la sociedad dominicana. Debemos aspirar a la igualdad social, donde, tanto hombres como mujeres vivamos en cohesión, compartiendo en una sociedad de instituciones fuertes.

De no buscar soluciones concretas, encaminadas a resolver el problema a través de políticas de Estado. Pero políticas eficientes, no con la demagogia y el clientelismo absurdo, con el que siempre se han querido resolver; de lo contrario se abrirá una brecha que será imposible de cerrar en una sociedad meramente machista donde impera un patriarcado rancio y retrógrado. Ese machismo heredado de los conquistadores españoles, que es el mismo que en los cargos públicos establece cuotas de participación para la mujer, cuando lo ideal es que ambos tengan igualdad de participación. Con respecto a la apatía que tienen los hombres con relación a los estudios, y el poco interés por los asuntos del Estado; dice el historiador británico Eric Hobsbawm, en su libro “Historia del Siglo XX” pero en estas circunstancias refiriéndose a Latinoamérica, “ Los Estados Unidos siempre han mantenido a los países latinoamericanos sumergidos en letargo de la pobreza, y para mantener esos mismos nexos, le han aplicado a la juventud de esos países, la fórmula: droga, sexo y alcohol”. A lo que el historiador dominicano, DR. José Maria Padilla, le agrega( la bachata y el reguetón) en los jóvenes dominicanos.

 Si las autoridades dominicana no incorporan un plan de gobierno encaminado a incentivar a los hombres a interesarse en los estudios académicos, creando fuentes de trabajo para que al momento de concluir una carrera universitaria encuentren donde ejercerla, la cohesión social entre hombres y mujeres será perturbadora e incrementará aún más los feminicidios, y los suicidios por parte de quienes los cometen. Pero tiene que ser un plan de gobierno a largo plazo y de continuidad, que sin importar el partido de gobierno de turno le de seguimiento, y carácter investigativo. Esto sin duda garantizará una sociedad más justa y de una cultura de empatía entre los dos género

Dice Kart Marx; refiriéndose a la totalidad social “la totalidad reside en el análisis de la sociedad como un todo y no de manera fraccionada”, ya que para él, la sociedad es más que la suma de las personas. Por otro lado señala Marta Harnecker; con respecto a la formación social, explica que esta “comprende a las gentes que viven en la sociedad con independencia del sentimiento o conciencia de su pertenencia a las mismas, que desarrollan los grupos sociales”. Para el buen funcionamiento de una sociedad, debe haber entre los hombres y mujeres, un ambiente de igualdad fomentando entre ellos una cultura de paz y respeto mutuo.

En la sociedad dominicana se está fomentando lo contrario, a lo que es la formación ciudadana, y la buena convivencia entre los ciudadanos de ambos género. Otrora sé llevó a cabo en el Congreso Nacional un proyecto de ley, que buscaba consolidar la igualdad de género en la República Dominicana. Sin embargo esto ha sido mal interpretado por los sectores más recalcitrante de la sociedad, que lejos de solucionar el problema, lo que han hecho es agudizarlo cada día más. Lo que trajo como consecuencias; cientos de asesinatos de mujeres por parte de hombres, que por un rancio machismo ven en las mujeres un ser liliputienses, por debajo de ellos. De continuar este fenómeno, la República Dominicana se encamina por el sendero del fracaso social e institucional. Las autoridades dominicana actúan cómo dijo el citado historiador británico Eric Hobsbawm acerca de los Estados; “ellos te crean el problema, para después quererlo resolver”. Digo esto porqué con la promulgación de la ley No:24-97 sobre violencia intrafamiliar y de no violencia contra la mujer; establecida en el país sin previo estudio, y sin ser sometida a prueba durante un período prudente que permitiera analizar las posibles consecuencias, que ésta pudiera generar.

En sociedades desarrolladas la implementación de leyes de esta categoría arrojan buenos resultados, porque al someterse el proyecto de dicha ley, esta es sometida a un riguroso análisis con respecto las consecuencias que pueda acarrear. Pero en una sociedad como la República Dominicana, donde impera la hombría por encima de la femineidad, y donde las autoridades que están llamadas a velar por buen funcionamiento de la ley, califican de mamitas a los hombres, que queriendo actuar conforme a la ley, denuncian casos de violencia de género; lo que trae como consecuencias desenlaces fatales. Esto sólo sucede en sociedades donde la educación queda relevada a un tercer plano. Es por esta razón que, a partir de la décadas de los 90 y 2000, los feminicidios se han incrementado en el país, con cifras estadísticas alarmantes, entre 2005 y 2015, ocurrieron en esta sociedad dominicana, más de 1,166 casos de feminicidios. Dejando una estela de cadáveres de mujeres, y niños en la orfandad; por el simple hecho de que a las autoridades se les ha ido de las mano, tan importante problemática.

De no revisar minuciosamente esta ley, traerá en un futuro no muy lejano consecuencias funestas; debido a que en una sociedad donde predomina un machismo, instaurado desde los mismos hogares, muchas veces soslayado por las mismas mujeres, que dentro de la educación que brindan a sus hijos, son las primeras que enseñan a los niños, que por el simple hecho de ser varones tienen control sobre las niñas. Los educan sobre las bases de que el varón es quien tiene el control, y que las niñas son frágiles, por tanto deben ser sumisa ante él. No es con propaganda publicitaria ni mucho menos con anuncios proselitista que se construirá conciencia en los hombres. Para evitar que se siga prolongando la violencia de género en el país, hay que establecer un pacto educativo que involucre a todos los poderes fáctico de la nación, en procura de educar de manera eficaz a las nuevas generaciones. Y esto sólo se puede lograr incorporando una campaña educacional que involucre a los dos género en conjunto; no propiciando desde el Estado una campaña de odio, como lo que se ha venido fomentando, que para ganar adeptos se benefician del fenómeno; haciendo creer a la sociedad, que en verdad les interesa que el problema se solucione. De la manera en que el Estado está enfrentando la situación, es imposible de lograr solucionar la problemática, porque las campañas propagandísticas y publicitarias de concienciación, tan sólo van en dirección de un solo polo, cuando debe orientarse de forma ambivalente; provocando así, el odio de un género hacia otro.

Si se desea establecer una cultura de paz entre hombres y mujeres, se tiene que llevar a cabo un plan piloto orientado a educar a los niños, enseñarle que tanto hembras como varones tienen los mismos derechos de coexistir, y que la única diferencia entre ellos, es la condición física y biológica, que después de ahí son dos personas iguales ( con sentimientos, emociones, pensamientos propios y capacidades para dirigir las mismas situaciones de la vida). Sin embargo las autoridades dominicana han establecido un panorama donde un género terminará odiando al otro, porque el enfoque que esbozan_ es el de concientizar a los hombres_ de que no se puede utilizar la violencia contra la mujer, cuando lo idóneo sería educarlos a ambos; lo que pone en contraposición la equidad de género. 

Tratar de crear conciencia en un hombre que arrastra desde pequeño, esa creencia de superioridad ante la mujer desde la misma formación del hogar; muchas veces aupado por ellas mismas, que los educan de forma equivocada. La cual en su rol de madre, pone al niño por encima de la niña, en el hogar. No es así, como se le pone freno a la violencia del hombre hacia la mujer. Esto se puede lograr con una educación de calidad _ una educación encaminada a formar hombres y mujeres que puedan convivir en armonía; entendiendo que ni uno ni el otro, debe incurrir en la violencia. Tiene que ser una educación incluyente que promueva una cultura de convivencia, y para esto deben de impulsarse desde el Estado, políticas públicas que sean favorables a los intereses de la nación. Eso es si queremos una sociedad altamente desarrollada_ de lo contrario esto se convertirá en una jungla, donde cada quien busca la forma de sobrevivir a como de lugar. Un Estado que busca el progreso no sé dá el lujo de estar improvisando, y justamente es lo que, los distintos gobiernos que han gobernado el Estado dominicano han hecho. Siempre han actuado, valga la redundancia, meramente por capricho de cualequier individuo que se le antoje un proyecto clientelista. Nunca actúan en base a una planificación o proyecto de nación, encaminado a establecer políticas públicas que promuevan el desarrollo de la sociedad dominicana. 


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